Friedrich Wöhler es sin duda el precursor de la química orgánica. Su estudio resultó a todas luces imprescindible para la Ciencia. Como consecuencia y ejemplo, veamos la relación entre la fuerza vital y la síntesis de Wöhler.
Los avances de Wöhler
Friedrich Wöhler nació en 1800 en Alemania. En primer lugar estudió medicina para posteriormente terminar sus estudios en Estocolmo. Fue allí donde se convirtió en ayudante del notorio químico Jöns Jakob Berzelius, con quien le unió una relación de amistad. Después fue profesor de química de la Universidad de Gotinga, donde también dirigió el Instituto de Química. Además, fue miembro de la Real Academia de Ciencias Sueca.
El vitalismo y la fuerza vital
Fue a finales del siglo XVIII cuando en Europa triunfó una corriente denominada vitalismo desarrollada por Paul Joseph Barthez.
Esta corriente tuvo muchos apoyos por parte de médicos. Un ferviente defensor de esta fue Berzelius, profesor y amigo de Wöhler. En ella se suponía la existencia de una fuerza considerada vital. De hecho, se pensaba que sin ella no existía la vida, y gracias a esta se podía hacer la distinción entre seres inertes y vivos, ya que solo estos últimos la producían.
Es por ello que Berzelius procedió a realizar una división de la química entre la materia inorgánica y los tejidos vivos que tenían la fuerza vital. Pero no pudieron ser creadas sustancias orgánicas a partir de inorgánicas por ausencia de la citada fuerza vital.
La síntesis de Wöhler
Esta teoría tuvo gran trascendencia hasta que Friedrich Wöhler, en 1828, hizo un descubrimiento de manera accidental que la rebatía totalmente.
Lo que consiguió fue sintetizar urea, una sustancia orgánica, partiendo del cianato de amonio, una sustancia inorgánica. Tal experimento le sorprendió tanto que lo repitió en varias ocasiones, logrando siempre el mismo resultado.
Por tanto, pudo demostrar que se podían crear sustancias orgánicas partiendo de sustancias inorgánicas en un laboratorio, y descartando la necesidad de la fuerza vital. Es decir, promulgó la célebre síntesis de Wöhler.
Wöhler, una vez estuvo seguro del resultado, escribió una carta a su antiguo profesor Berzelius contándole lo que había descubierto. Este no le creyó al principio.
¿Qué sucedió?
¿Pero qué ocurrió exactamente para que Wöhler llegara a esa conclusión? Lo que sucedió es que cuando calentó el cianato amónico disuelto en agua, se produjo el denominado fenómeno de transposición por el cual se convirtió en urea. Y por tanto, refutando totalmente la teoría del vitalismo.
Wöhler demostró de esta manera que la diferencia creída hasta entonces de la división entre lo muerto y lo vivo no era cierta. Aunque se mantuvo la diferenciación entre orgánico e inorgánico, sí que se desterró totalmente la teoría del vitalismo.
Gracias a esta síntesis que produjo Wöhler de la urea, comenzó la síntesis orgánica. Es por ello que su contribución a la ciencia es primordial y básica para comprender la química en la actualidad, e incluso para entender el origen de la vida en nuestro planeta.