La teoría más moderna y aceptada sobre la evolución del hombre, propone que los seres humanos derivamos de un ancestro simio que hace millones de años caminó sobre la tierra. Esta teoría indica que, gracias a una combinación de factores genéticos y ambientales el hombre apareció como una especie. Por otro lado, los simios modernos evolucionaron de manera separada.

El origen de la humanidad se ha explicado siempre desde una perspectiva evolutiva. Además, la teoría del origen del hombre siempre ha sido y será modificada a medida que existan nuevos descubrimientos. Por lo que se hacen revisiones a la teoría y se descartan conceptos que sean incorrectos.

La teoría evolutiva del hombre

Actualmente, la teoría del origen del hombre se basa en tres principios fundamentales. Estos principios dependen estrictamente de la capacidad que tiene una especie para transferir su información genética durante la reproducción a su descendencia.

El primer principio es la microevolución, la acumulación y aparición de mutaciones en la secuencia genética de un organismo. En su mayoría, las mutaciones son aleatorias y se dan de manera natural a través de errores en el proceso de reproducción. Pero también a través de impactos ambientales como la radiación o exposición a químicos.

El segundo principio es la selección natural. Este es un mecanismo natural donde los miembros más aptos de una especie sobreviven y transfieren su información genética. Mientras que los miembros más débiles mueren por no poder sobrevivir en la naturaleza.

El tercer principio es la especiación. Esto ocurre cuando los miembros de una especie llegan a mutar hasta llegar al punto en que les es imposible reproducirse con miembros de su misma especie. Por lo que la población se convierte en una comunidad que no se puede reproducir con la comunidad anterior. Únicamente serán capaces de reproducirse con miembros de la nueva comunidad.

Evidencia científica

La teoría del origen del hombre es respaldada por un conjunto de observaciones independientes dentro de los campos de la paleontología, la biología nuclear y la antropología. En conjunto, son capaces de representar la vida que se ramifica desde un ancestro común a través de cambios genéticos que se dieron durante millones de años.

Una de las evidencias más importantes y una de las principales es la homología. En otras palabras, se trata del parecido que existe en las características genéticas o anatómicas entre las especies. Por ejemplo, el parecido que existe entre el esqueleto de los humanos y los simios, que también ha podido correlacionar con las secuencias genéticas dentro de cada especie y que evidencia una ascendencia común.

En otras palabras, mientras más parecidas sean dos especies más se relacionan entre sí. Sin embargo, esto es solo una suposición. Ya que, dos especies pueden tener una anatomía homóloga sin estar relacionadas, esto se conoce como convergencia.