En una habitación donde haya suficiente aire de buena calidad, el dióxido de carbono no debe superar el 0,1%. Pero si se trata de una habitación sin ventilación, este podría ser muy superior al pasar 1 hora. La mayoría de los compuestos orgánicos provienen de las alfombras, muebles, etc. Lo cual puede hacer que te quedes un poco dormido y en muchos casos, se puede presentar mareos o fuertes dolores de cabeza. Para que no aumente el dióxido de carbono en una habitación muy pequeña donde se encuentran concentradas muchas personas, es necesario renovar el aire cada hora y media. Pero, ¿te puedes quedar sin oxígeno si te metes en una habitación pequeña?

¿Una habitación pequeña tiene poco oxígeno?

El dióxido de carbono es el gas que exhalamos cuando respiramos. Y cuando se encuentran grandes concentraciones de personas en espacios pequeños, éste suele tener un efecto como un narcótico. Pero a pesar de que en algún momento la falta de aire nos haga sentir un poco sofocados, en este caso no estamos sufriendo escases de oxígeno.

Por el contrario, tenemos abundancia de otras sustancias como el dióxido de carbono y las sustancias volátiles. A sabiendas de que una persona necesita entre 10 y 50 litros de oxígeno por hora, en una habitación pequeña hay por lo general 10.000 litros de oxígeno. Por lo que se considera que la respuesta es no.

Ventilar bien las habitaciones muy pequeñas

Sin embargo y aunque no corramos riesgos, en una habitación cerrada, o cuando es muy pequeña suele acumularse una alta concentración de dióxido de carbono. Este compuesto lo exhalamos de forma natural cuando respiramos. A pesar de que este aire se disipa a medida que van pasando las horas, cuando son espacios muy cerrados o pequeños que no cuentan con suficiente ventilación, la concentración de CO2 puede llegar a ser muy alta y es considerada extrema.

Lo recomendable para que podamos tener una ventilación adecuada, es dejar la puerta un poco abierta. De tal manera que pueda haber un poco más de flujo de aire, y así puedes descansar de forma más placentera. Cuando los niveles de dióxido de carbono son más bajos, el sueño suele ser mucho más profundo y por tal motivo solemos descansar más, según estudios realizados por investigadores.