De seguro te habrá pasado más de una vez, el sufrir incontrolables ataques de risa. Aunque es común que lo relacionemos con un estado de plenitud o de alegría, cuando se hace incontrolable puede ser peligroso.

Sin embargo, en ocasiones, la risa descontrolad puede ser un síntoma de que algo no va bien en el cerebro. Aunque lo habitual es que esta risa patológica suene mecánica y poco natural. Pero hay que saber que  en algunos casos pueda parecer normal, e incluso ser contagiosa.

¿Cuándo se producen los ataques de risa?

Una persona puede tener situaciones de risa incontrolables, cuando sufre de la llamada epilepsia gelástica, una forma de ataques epilépticos poco frecuente en la que las crisis se presentan en forma de risa.

Este tipo de epilepsia puede comenzar en los primeros días de vida y su causa más frecuente son los tumores en el hipotálamo, denominados hamartomas hipotalámicos.

¿Por qué se producen los incontrolables ataques de risa?

Una persona puede tener situaciones de risa incontrolables, cuando sufre de epilepsia gelástica.

En ocasiones la epilepsia gelástica es el único síntoma del hamartoma, pero con cierta frecuencia el cuadro clínico se complica con una pubertad precoz, con alteraciones cognitivas y de comportamiento.

¿Qué dicen los científicos?

Según investigaciones más de la mitad de los pacientes que sufren este tipo de patología neurológica ve disminuido su cociente intelectual en la edad adulta presentando, además, problemas de memoria, atención, funcionamiento ejecutivo y capacidades visoperceptivas.

El alcance de las alteraciones en el funcionamiento mental de los pacientes parece depender de aspectos como el tamaño del tumor y del número de crisis parciales mensuales que se sufren.

¿Pueden tratarse los ataques de risa?

Lo más efectivo es la neurocirugía ya que los tratamientos con fármacos no suelen funcionar en estos casos.

La neurocirugía suele ser una de las intervenciones más utilizadas con el objetivo de separar el hamartoma del tejido circundante. Este tratamiento puede tener también importantes consecuencias en el cerebro.

Lo aconsejable es que cuando los ataques de risa se transformen en un síntoma constante y frecuente, la persona visite a un neurólogo. De esta manera el profesional podrá determinar con qué problemas del cerebro podría estar asociado.