Al comienzo fue la oveja Dolly, hoy ya se piensan en multitud de opciones. Sin duda, una que coge fuerza es la clonación de animales en peligro de extinción. Han pasado más de 20 años desde que se realizase la primera prueba exitosa, pero, ¿es posible recuperar especies que corren serio riesgo de desaparecer de este planeta?
Desde ese 5 de julio en que la clonación de la oveja Dolly se mostró al mundo, ha llovido mucho. La ciencia para clonar también ha evolucionado una barbaridad. Por eso ahora se piensa en esta técnica para recuperar especies que están al borde de la extinción. ¿Es posible?
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Cómo sería la clonación de animales en peligro de extinción
El proceso de clonación de animales en peligro de extinción es simple. Solo hace falta una gota de sangre de un espécimen y todo el proceso puede comenzar. Antaño había que extraer células madre de animales ya fallecidos. Ahora, solo con un poco de anestesia y extracción de sangre se puede replicar toda una especie.
Ya está confirmado el proceso, pues un grupo de científicos japoneses lo puso a prueba con éxito en ratones. Con un tranquilizante extrajeron una gota de sangre de la cola. Solo con eso pudieron clonar al animal en un proceso que no es cruel y tampoco traumático.
Una vez extraída la sangre, se separan los leucocitos o glóbulos blancos donde se encuentran las células mononucleares que serán necesarias para el proceso. Y así, de un solo ratón, se han creado 25 generaciones de estos roedores. Todos son genéticamente idénticos, pero no sufren mutación alguna. De hecho, se pueden reproducir sin problema alguno y de forma totalmente natural.
¿Es ético clonar especies en peligro de extinción?
Y ahora, surgen nuevas cuestiones. Parece, por un lado, que clonar especies en peligro de extinción puede ser una buena idea. Especialmente en aquellas en las que la acción del hombre es la culpable, parece que tenemos una deuda con ellos.
Ahora, se ha descubierto que la clonación de generaciones completas de especies es posible, pero, ¿es deseable? Lo cierto es que el proceso no es traumático para los animales, así que las posibilidades son enormes.
Una vez clonado un animal, puede ser devuelto a su hábitat natural. Ahí se podrá desarrollar y reproducir para recuperar a su especie. Todo ello sería muy útil a la hora de reconstruir ecosistemas que han sido dañados por la falta de especímenes concretos.
No obstante, pese al éxito de los experimentos con ratones, todavía no sabemos si a largo plazo esta técnica sería plausible. En principio, la teoría está ahí y sobre el papel parece posible. Pero, como siempre, llegan los condicionamientos éticos, la falta de presupuesto y los problemas y polémicas que siempre se asocian al mundo de la clonación.