Si alguna vez te picó una abeja o abejas sabrás lo doloroso que es recibir su aguijón. En resumidas cuentas, su picada no es del todo mortal, cuando es de una o dos se trata. Hay personas que son alérgicas a ellas y con una sola picada pueden pasar malos ratos. Pero, si son en cantidad podrían causar la muerte.

Si la naturaleza o dios les proporciona esta arma, con qué objetivo seria. Lo primero que nos viene a la mente, es que es como mecanismo de defensa. Sin embargo, muchos se preguntan ¿Por qué pican las abejas? Que lleva a estos pequeños insecto insertar su aguijón cuando sienten contacto con otras creaturas.

Picadura de abejas

Los científicos estiman que alrededor del mundo existen 200.000 especies de abejas. Pero, cuando nos referimos a su picada, es el mismo dolor y el mismo aguijón. El dolor que ellas causan es 10 veces más que cualquier insecto, solo la hormiga soldado es un tanto similar.

Por qué pican las abejas

Es importante destacar que el veneno y las toxinas empleadas por este insecto son totalmente diferentes al resto de su familia. Además de que entre su misma especie, recientemente se ha descubierto que emplean toxinas diferentes.

Picadura de abeja o de avispa

Ambas picadas son similares, solo que las abejas son insectos menos agresivos que las avispas. Estos ataques ocurren con más frecuencia, dividiéndose entre el mundo animal y los seres humanos.

Composición del veneno de las abejas

Una simple picada de abeja puede dejar hinchazón dependiendo de la zona del cuerpo por horas, incluso días. Este solo puede ser llegar a ser letal cuando son cientos de picadas y a personas que son alérgicas a su compuesto.

Solo el 1% de la población es alérgica a la picadura de abejas y viviendo en la ciudad toparnos con una de ellas es casi imposible.

Por qué pican las abejas

El veneno de las abejas está compuesto por toxinas que destruye las células. Entre este compuesto podemos encontrar la destrucción de enzimas y péptidos. Es tal el potencial del veneno que rompe las capas de grasa ingresando al torrente sanguíneo, alterando aspectos como el ritmo cardiaco.

A su vez el veneno consume el área de la piel afectada, mediante la destrucción de las células cebadas que producen histamina y promueven la apertura de los vasos sanguíneos. Debido a esto, el sistema inmunológico no puede reaccionar ante el agente presente en el cuerpo impidiéndole actuar frente a él.

En una persona alérgica se libera una enorme cantidad de histamina, lo que hace que los vasos sanguíneos se dilaten en grandes proporciones, haciendo menos reconocible el veneno el cuerpo humano. Seguidamente disminuye la presión arterial y por lo tanto bajan las cantidades de oxígeno en el torrente sanguíneo, llevado a la persona aun posible paro respiratorio o infarto.