Quizás cuando piensas en los fluidos corporales como el sudor, la saliva o el moco puedes sentir cierto asco. Es normal, pero la verdad es que estas sustancias ayudan a combatir los gérmenes, evitar la caries, prevenir alergias, entre otras cosas. ¿Quieres saber más sobre ellos? Aquí te lo contamos.
Los fluidos corporales
Los fluidos corporales pueden ser malolientes, pegajosos e incluso desagradables, pero el cuerpo los produce y necesita. Muchas personas intentan limitar la formación de ellos, como quienes quieren detener la secreción nasal o retirar todo el cerumen. Pero cada fluido tiene su propósito y es muy importante. Como el moco, que ayuda a proteger los pulmones, mientras que sin la cera no podrías escuchar.
1) Moco
El moco es fabricado en las membranas que van desde la nariz hasta la base de los pulmones. Normalmente, estas células en la nariz pueden secretar hasta cuatro tazas de moco al día. Pero al enfermar la tasa de producción aumenta, y en lugar de ser transparente (como es normalmente) puede cambiar de color.
Este es uno de los fluidos corporales más importantes, ya que mantiene las vías respiratorias húmedas para funcionar de forma óptima. Pero también son la primera línea de defensa al atrapar polen, bacterias, polvo y otros objetos extraños.
2) Cera de los oídos
El término médico es cerumen y no es una cera, sino una mezcla de aceite y glándulas sudoríparas en el oído. El cerumen es formado en la parte externa del canal auditivo y lentamente migra hacia la abertura, donde se seca, escama y cae. ¿Por qué se mueve? Los movimientos como hablar, masticar o cualquier movimiento de mandíbula provoca su migración.
Este fluido hidrata y protege el canal auditivo para que los oídos no se irriten ni haya picazón. Pero también puede atrapar el polvo y bacterias, evitando que entren y provoquen daños en el oído. El cerumen tiene propiedades antibacterianas y antihongos, algo muy importante en el ambiente cálido, oscuro y húmero del canal auditivo.
Sin el cerumen no podríamos escuchar y nuestro oído estaría expuesto a muchas enfermedades.
3) Pus
Este puede ser uno de los fluidos corporales más asquerosos, y con mucha razón, pero no por eso deja de tener una función. Su apariencia antiestética y el color blanco amarillento indican la presencia de infección. Por lo que cuando los gérmenes invaden la piel, la zona se inflama y el sistema inmunológico se activa para protegerte.
Los glóbulos blancos inmediatamente se sitúan en el área y se acumulan en el tejido dañado. El pus, es el producto de la mezcla de glóbulos blancos, bacterias, tejido en descomposición y otros desechos. Pero lo bueno es, que si hay presencia de pus significa que tu sistema inmune está funcionando.
4) Sudor
La composición principal del sudor es agua, un poco de sal y otras pocas sustancias, pero básicamente es inodoro. Su función principal es como mecanismo de enfriamiento para el cuerpo. Cuando el sudor tiene olor es por la mezcla de las bacterias en tu piel y la glándula sudorípara de la que proviene.
Por ejemplo, las glándulas sudoríparas ecrinas pueden excretar sudor sin olor en la piel. Mientras que las apocrinas, se encuentran en las axilas y la ingle y normalmente secretan sudor con ácidos grasos y proteínas durante la ansiedad. Luego, las bacterias comienzan a descomponer los componentes grasos y esto provoca el olor.
5) Saliva
Nuestra boca puede producir entre 4 y 8 tazas de saliva al día, la cual muchas veces tragas sin notarlo. Normalmente si sientes mareo puede que tus glándulas salivales estén produciendo más saliva o estás tragando menos. Mientras que producir poca saliva puede provocar boca seca.
La saliva es uno de los fluidos corporales más importantes. Previene la caries y también ayuda a la hora de digerir las comidas.
Lo cierto es que la saliva humedece la boca, facilita tragar las comidas y contiene enzimas que permiten descomponer los alimentos. Pero también hay que tener en cuenta que sin ella no podemos ni siquiera hablar. Así como también los dientes la necesitan para mantenerse limpios y prevenir la caries, por lo que es de los fluidos corporales más importantes.