Un paraíso fiscal o un centro de financiamiento extrarritorial puede ser cualquier jurisdicción o país capaz de ofrecer responsabilidad impositiva mínima a personas y empresas extranjeras. Los paraísos fiscales no necesitan que las empresas operen fuera de su país. Así como tampoco necesitan que las personas residan en ella para recibir los beneficios fiscales.

¿Cómo funcionan los paraísos fiscales?

Hay muchas maneras en las que los paraísos fiscales facilitan la evasión de impuestos. Uno de los principales métodos es desplazar las empresas. Es decir, una empresa multinacional registra su sede en una jurisdicción de impuesto de baja corporación y registra su ganancia ahí. Esto es algo que grandes firmas han hecho, como Facebook y Google para poder reducir sus facturas de impuestos.

En cuanto a las personas, pueden convertirse en residente de un país de bajos impuestos para pagar una tasa más baja sobre sus ingresos. Esto es algo que normalmente hacen los pilotos de carreras y grandes deportistas.

Pero también es posible que las personas sigan viviendo en sus países y seguir beneficiándose de los paraísos fiscales. Legalmente, si una persona mantiene sus activos en un fideicomiso en un paraíso fiscal extranjero puede evitar pagar ganancias de capital en donde reside.

¿Hay usos legítimos de los paraísos fiscales?

De forma histórica, los fondos de inversión mutuos atraen inversionistas de todo el mundo y son registrados en el extranjero. De esta forma pueden evitar el riesgo de doble imposición de sus excedentes. Esto no es un problema siempre y cuando los beneficiarios paguen el impuesto sobre la renta por el dinero recibido en su país de origen.

En los fideicomisos off-shore algunos aseguran que es necesario para asegurar la privacidad de los beneficiarios. Y existen circunstancias donde uno puede imaginar que es un buen argumento. Pero el problema es que esta privacidad puede ser abusada fácilmente para promover la evasión de impuestos ilegales y el lavado de dinero, entre otros delitos.

paraísos fiscales

El problema de los paraísos fiscales es que muchas empresas y personas tratan de evadir impuestos.

¿Cómo se puede resolver la evasión de impuestos?

Hay dos posibles soluciones. Una es que los gobiernos de todo el mundo colaboren y acepten gravar las ganancias de una empresa multinacional. Por supuesto, esto debe hacerse sobre una formula internacional justa. Esta debe ser basada en las ventas, inversiones y número de empleados en varios países.

La otra solución es imponer impuestos unilaterales a los ingresos de una empresa. Que a su vez, deben permitir cumplir con los costos locales, inversiones y exportaciones.

En cuanto al impuesto personal, se debe exigir una completa y pública transparencia sobre los beneficiarios de los fideicomisos en el extranjero. Algunos paraísos fiscales como las Islas Caimán y las Bermudas son dependencias de la corona británica. De manera que el Reino Unido puede ejercer presión para cumplir esta exigencia.