En Bulgaria, una joven llamada Elena Angelov luego de irse a la cama cada noche, sus padres por las mañanas notaban que su hija amanecía con moretones en el cuerpo.
Al principio los moretones aparecían de vez en cuando y sus moretones eran leves, por lo que sus padres no se preocuparon pues no les pareció importante.
Tiempo después las cosas comenzaron a empeorar. Los moretones se pronunciaban cada vez más y aparecían con más frecuencia. Esta situación trajo serios problemas a la familia.
Un día, Elena fue enviada a un campamento de verano. Usaba pantalones cortos y el personal comenzó a darse cuenta de que algo andaba mal pues sus piernas se veían marcadas y cada día que pasaba, tenía moretones nuevos.
El personal del campamento informó a las autoridades. Mientras, los padres de Elena también estaban preocupados por ella. Creían que quizás la joven podría tener anemia o deficiencia de hierro que le estuviera causando éstos moretones.
Los padres de Elena solicitaron una cita con el médico para realizarle unos análisis. Sin embargo, antes de acudir a la cita médica, recibieron una visita de los servicios sociales, quienes dijeron que recibieron una llamada del campamento de verano sobre una posible situación de abuso.
Los padres no entendían lo que pasaba, pues no le harían daño a su hija. Todo estaba en su contra pues no podían explicar el origen de los moretones y no tenían pruebas.
Las trabajadoras sociales, hablaron con la joven y esta les respondió que no había ningún tipo de abuso en el hogar y que ella solo despertaba con los moretones en la piel y desconocía el por qué.
Los padres de Elena le dijeron que habían programado una cita con el médico para realizarle unos exámenes, éstas decidieron dejar el caso a la espera por los resultados médicos.
Luego de hacerle los exámenes a la joven, no encontraron nada malo con ella, esto fue una bendición pero al mismo tiempo una maldición ya que aún desconocían las causas por las cuales le aparecían estos moretones a su hija.
En vista de esta situación, y que no había nada malo con su salud, su padre se detuvo camino a su casa, en una tienda para comprar una cámara, así que la compró e instaló en la habitación de su hija.
Esa noche, el padre de la joven encendió aquel aparato y lo dejó grabando luego de darle las buenas noches a su hija y apagaron las luces. Todos se fueron a dormir.
A la mañana siguiente, sus padres se percataron de nuevos moretones , por lo que su padre fue en busca de la cámara en la habitación de su hija y por fin descubriría lo que sucedía.
Ambos padres fueron testigo de algo impactante. Mientras la chica dormía, hacía movimientos inusuales, ésta joven no caminaba ni hablaba, sino que estaba gateando hacia atrás, doblando las piernas de forma imposible. Parecía poseída.
Los padres al ver la grabación, decidieron mostrárselo a las trabajadoras sociales quienes abandonaron el caso que fue remitido a un especialista del sueño para que ayudaran a la menor.
Las personas de la comunidad, al enterarse de lo que ocurría con Elena, remendaron que la adolescente sea atendida con un exorcista urgentemente. Esto ocurrió el 14 de mayo del año 1999.