Todas las personas hemos experimentado el gozo o el sufrimiento producido por el amor. Sin embargo, aunque cada uno tenga su propia concepción acerca de este maravilloso sentimiento la ciencia lo entiende,desde el punto de vista biológico, como un fenómeno integral en que están involucrados el cerebro y los órganos encargados de producir las hormonas. Estos generan procesos químicos que son los responsables de la sensación de enamoramiento y cumplen el antiguo dicho que asegura que el amor es ciego.
Perspectiva científica del amor
Una serie de mensajeros químicos intervienen en la dinámica del amor, generando sensaciones que van desde la euforia y el placer hasta la ansiedad y la depresión. Este proceso biológico incluye ciertos patrones de conducta, conocimiento y emociones que han sido objeto de estudio. Todas por numerosos especialistas que intentan conocer a fondo sus componentes y las bases biológicas que le dan vida.
Algunas de estas investigaciones ahondan en la región del cerebro que están involucradas en el proceso de enamoramiento. Otras indagan las bases de los vínculos afectivos y las interacciones sociales. En este sentido, la ciencia distingue dos tipos de amor: el de pareja o romántico y el filial, ya sea maternal o paternal. Los dos se consideran fundamentales para supervivencia del ser humano, pues el primero da origen a la reproducción y el segundo propicia el cuidado de las crías.
Con todo el corazón
Aunque suele vincularse el afecto al corazón, el amor es una actividad meramente cerebral. Existe todo un sistema de comunicación dentro del cerebro conocido como sistema límbico que permite que experimentemos las emociones humanas. Por ejemplo, el hipotálamo se activa con ocasión del amor romántico o de pareja. La ínsula y la corteza del cíngulo, son regiones que se activan ante la presencia de la persona amada o de alguna imagen que la evoque. Generando emociones positivas y una sensación de bienestar.
Otras regiones cerebrales como la amígdala y la corteza cerebral frontal y pre-frontal, asociadas con el miedo, la tristeza o el juicio crítico. Todas se inhiben durante el estado de enamoramiento. Esta es la razón principal de que se idealice al ser amado siendo incapaz de ver sus defectos. Por eso suele afirmarse que “el amor es ciego”.
¿Por qué el amor es ciego?
Lo que era un dicho popular ahora tiene asidero científico. La activación de regiones del cerebro ocurre cuando una persona se enamora apasionadamente. Curiosamente, los lóbulos frontales reducen su actividad durante el enamoramiento. Esta región, como mencionamos, se encarga del auto-control, los juicios y las valoraciones. Por ello, cuando un individuo se enamora es menos crítico con la persona amada y disminuye su capacidad para juzgarla.
Curiosamente, los lóbulos frontales reducen su actividad durante el enamoramiento.
Una vez pasada la primera fase del enamoramiento, se vuelve a asumir la postura crítica. Esta idealización de la persona amada imposibilita una visión real de la persona con sus virtudes y defectos lo que, a fin de cuentas, refuerza la creencia popular de que el amor es ciego.