Prácticamente desde que existe el ser humano, surgió la necesidad de explicar su creación. Con el misterio y la necesidad de encontrar respuestas, apareció la creencia en seres superiores y con ella la llamada fe. Son muchas las religiones que se profesan a nivel mundial, y otras cuantas que han prevalecido a lo largo de la historia como las más fuertes y populares. Las religiones tienen una relevancia tal dentro de las sociedades que a menudo se han visto envueltas en la toma de decisiones políticas y de estructura más allá de las simples creencias. En este artículo te explicamos sobre uno de los fenómenos de fe que más cautivan en todo el mundo, continúa leyendo este artículo donde explicamos el fenómeno de las estatuas que lloran.
Aprobación de la iglesia
Existe un punto de contraste en comparación a épocas pasadas a la hora de que la iglesia acepte ciertas cosas. En el antaño era muy probable que la institución religiosa aceptase cualquier fenómeno al que se le atribuyesen facultades de índole demoníacas o místicas.
En la actualidad, diferenciándose del oscurantismo los controles para la aceptación de los milagros son mucho más rigurosos. A diferencia de años pasados es muy difícil que la iglesia ordene exorcismos fácilmente ni acepte señales divinas, así como así.
En los casos de las estatuas que lloran no hay ninguna diferencia al trato con otros casos místicos. La iglesia actúa como el principal escéptico cuando aparece uno de estos fenómenos.
La mayoría de los casos se consideran fraudes luego de investigarse por la iglesia. En muchos de los fenómenos se determina que ha habido interacción del humano en dicho suceso.
Para esclarecer el misterio muchas veces se ha estudiado la sangre en las estatuas y han dado con la conclusión de que es sangre humana, incluso se han registrado sucesos donde se ha dado con el dueño se la sangre.
Los dos únicos casos que reconoce la iglesia
Si bien hemos mencionado que es muy extraño que la iglesia reconozca estos fenómenos como auténticos. Existen dos casos históricos donde a la institución católica no les ha quedado de otra que admitir. Nuestra Señora de Akita Japón 1988 y Siracusa en el año 1953 fueron los dos respectivos casos.
Aunque puedan parecer fenómenos recientes en el caso de ser fraudulentos la realidad es otra.Se determina que el motivo porque muchas veces el humano haga llorar una imagen tiene que ver más allá del lucrativo. Pueden ser impulsados por los mismos motivos religiosos y las ganas de promover la fe u otras cualidades sociales. Se ha determinado que los mismos griegos ejercían practicas parecidas al descubrirse mecanismos de vapor que provocaban lágrimas en las estatuas.
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