La óptica, la luz y la cromática han jugado un papel vital en la identificación de los colores y la degradación de ellos ante los diferentes efectos. Un punto muy importante en el asunto, radica en la interrogante que algunos nos hemos hecho: ¿de qué color es un espejo? Y es que a simple vista pudiera reflejar un color plateado. Pero si la luz se apagara, ¿pudiera evidenciarse ese mismo color? Lo más lógico, es que un espejo perfecto no posea color alguno. Toda la luz que incide sería reflejada. Sin embargo nada es perfecto, y toda la luz que pudiera dirigirse hacia el espejo no puede ser reflejada completamente. Al contrario, una pequeña parte es absorbida por el objeto reflectante. Por ser tan mínima, en la práctica no puede ser percibida, pero si las condiciones cambiaran se pudiera lograr alguna otra manifestación. A continuación, conozcamos los detalles.
Índice
¿De qué color es un espejo?
El color de un espejo
Vale la pena primero definir el color, como elemento principal y básico de la óptica junto a la luz. Pues la radiación electromagnética, puede llegar a manifestarse en ocasiones como flujo de partículas con el comportamiento de una onda a una longitud determinada. A partir de estas longitudes, surgen las interpretaciones que nuestros ojos pudieran recibir como colores.
Las longitudes de ondas más cortas, son las que mayor capacidad de energía poseen. Su comportamiento es rebotar hacia nuestros ojos, para que por medio del cerebro interpretemos toda esa información. Y así, diagnosticar el color que se percibe. De esta manera, podemos deducir el color real de un espejo.
Un espejo no es perfecto, ¡es verde!
Un espejo, no puede ser considerado un objeto reflectante perfecto. Siempre tiende a absorber un mínimo de esa energía. Se caracteriza por una fina capa de plata o en otros casos de aluminio sobre un cristal. A través de su espectro de reflexión, se basa su longitud de onda que tanto los caracteriza. El valor reflejado por un espejo, cubre el rango de 510 nanómetros de la longitud de onda. Recordemos, que no existe un espejo perfecto que pueda reflejar el 100% de la luz que incide sobre él. Solo absorbe una mínima parte de ella.
El experimento
Es decir, posee un efecto tenue que muchas veces es imperceptible. Esto se logra, al colocar espejos de frente puesto que la energía rebota hasta perderse por completo. Lo cual permitirá que el color verde logre resaltar ante los otros colores. Aunque pudiera recibirse un estímulo de la energía reflejada como un color negruzco, la verdad es que el color que alcanza una mayor reflexión es el verde. Un poco tenue, pero verde al fin. Una de las interrogantes más destacadas durante mucho tiempo. Por fin, ha sido aclarada gracias a la física y sus estudios sobre la luz, la óptica y los colores.