El café es una infusión que se obtiene de la mezcla de las semillas tostadas del cafeto con agua caliente. Las estimaciones, apuntan a que un tercio de la población del mundo consume esta popular bebida. Esta preferencia se debe principalmente a su efecto vigorizante, resultado de la concentración de cafeína en este producto. La cafeína, es un estimulante del sistema nervioso central y un diurético natural. Al ser consumida, se absorbe de manera rápida pasando directamente al cerebro. Se considera que el café no tiene contra indicaciones en personas sanas y puede ser consumido con moderación. Es decir, de 3 a 5 tazas diarias. Sin embargo, en aquellos casos en los que la cafeína puede representar un problema, existe la opción del café descafeinado. A continuación, te contamos cómo se hace.
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El proceso de descafeinización
La descafeinización, es un proceso mediante el cual se extrae la cafeína al café. Se lleva a cabo aplicando algunas técnicas sobre el grano verde. Este proceso, fue ideado alrededor de 1900 por Ludwig Roselius, un comerciante de café. Los norteamericanos mejoraron su técnica, razón por la que gran parte de los estadounidenses consumen café descafeinado.
Este proceso que permite la extracción de la cafeína de los granos verdes de café, consiste en un tratamiento con disolventes organoclorados. Luego de ser eliminada la cafeína, se retiran los disolventes y los granos de café son sometidos al proceso normal. Es decir, son tostados de la misma manera que se hace con los granos comunes. Logrando un café de excelente calidad, sin perder prácticamente su sabor y aroma característico.
La descafeinización con agua
La descafeinización con agua, es el proceso más natural para extraer la cafeína de los granos de café. Consiste en procesar los granos con agua caliente, debido a que el café es soluble en agua. Al ser extraída la cafeína se les aplica una corriente de aire caliente hasta evaporar el agua utilizada en el proceso anterior.
Posteriormente, se reincorporan los restos de materias orgánicas que se desprendieron de la cafeína, recuperando así la humedad natural que poseen los granos. Finalmente, los granos ya están aptos para la torrefacción. La descafeinización con agua, al ser un proceso natural conserva las características organolépticas del café. A diferencia de los procesos químicos, que alteran el sabor y aroma final del producto.
Café descafeinado: ¿Una opción válida?
La cafeína, es un compuesto que está presente no sólo en el café, sino en múltiples productos que son consumidos a diario por la mayoría de las personas. Por lo que, el café descafeinado es una opción válida para reducir el consumo de este alcaloide. Especialmente, en aquellas personas que deben limitar su ingesta como los son las mujeres embarazadas.
Por otra parte, el café descafeinado prácticamente no pierde su sabor ni sus propiedades beneficiosas para el organismo. Pero ya sea con cafeína o sin ella, el café sigue siendo un deleite para el paladar. Gracias a su sabor y aroma inconfundibles.