En 1980 la tecnología de la comunicación revolucionó con la llegada del teléfono móvil. De manera que las comunicaciones ya no eran algo exclusivo de los hogares, oficinas o telefonía pública. Pero lo grandioso de esto no era la invención del mismo teléfono, sino la red celular en la que está apoyada.
El funcionamiento del teléfono móvil
Cuando llamas a una persona, al conversar el teléfono convierte tu voz en una señal eléctrica. Luego, la señal es transmitida en forma de ondas de radio y es convertida nuevamente en sonido en el teléfono receptor.
En este sentido, un teléfono móvil no es más que un transmisor de radio combinado y un receptor de radio. Por lo que el teléfono es muy parecido a un walkie-talkie pero con más funciones.
Para que los teléfonos puedan ser portátiles, deben contar con antenas compactas y usar poca energía. De manera que los teléfonos móviles pueden enviar una señal en un rango muy pequeño.
Pero la red celular permite difundir información, enviar mensajes, realizar llamadas y hasta navegar por internet sin importar lo lejos que estés. Esto es gracias a que los territorios están divididos en “celdas”, que son áreas de tierra hexagonales equipadas con una estación base celular.
Las estaciones reciben la señal débil del teléfono y la transmiten a otra estación cercana a la persona con la que hablas. Y si estás moviéndote al hablar, tu teléfono es capaz de cambiar de estación mientras avanzas sin interrumpir la llamada.
Las ondas de radio celular
El teléfono móvil usa ondas de radio para comunicarse. Estas ondas hoy en día son capaces de transportar voz y datos digitalizados como campos magnéticos o eléctricos oscilantes. Estos campos son llamados campo electromagnético y la tasa de oscilación de llama frecuencia.
Las ondas de radio que transportan la información viajan en el aire a la velocidad de la luz. Los teléfonos transmiten ondas de radio en todas las direcciones. Pero estas ondas pueden ser absorbidas y reflejadas por objetos cercanos antes de alcanzar la estación o torre celular.
Antena
Los teléfonos celulares cuentan con al menos una antena de radio para transmitir y recibir señales. Aunque hoy en día la mayoría de los teléfonos inteligentes cuentan con dos antenas.
La antena convierte la señal eléctrica a onda de radio y viceversa. Algunos teléfonos usan la misma antena para transmitir y recibir, mientras que otros tienen varias. Por ejemplo, el iPhone 5 tiene varias antenas transmisoras y receptoras.
La antena es un elemento metálico, normalmente de cobre con un tamaño y forma específico para transmitir y recibir frecuencias muy específicas de ondas de radio. Los teléfonos celulares antiguos utilizaban antenas externas y extraíbles, mientras que los modernos tienen antenas más compactas dentro del dispositivo.
Conectividad
Los teléfonos móviles son dispositivos de comunicación inalámbrica en dos vías, por lo que necesitan señal de entrada y salida para funcionar. La magnitud de la señal recibida desde la base se llama intensidad de señal, medida en barras en el teléfono.
La conectividad entre el teléfono móvil y la red celular depende de ambas señales y es afectada por varios factores. Como la distancia entre el teléfono y la base, la cantidad de objetos entre ellos, la tecnología inalámbrica, etc. Una mala recepción significa que hay una distancia muy larga o mucha interrupción de señal entre el teléfono y la base.
Los teléfonos celulares no son solo inteligentes por sus muy conocidas funciones. Sino que también puede conservar vida útil variando la señal transmitida, usando solo el mínimo necesario para comunicarse con la base más cercana.