Avicena (Ibn Sina) fue un médico y filósofo persa, pero también fue una gran influencia en la filosofía islámica medieval. Avicena trabajó durante la Edad de Oro Islámica, esta época estuvo marcada por un conocimiento avanzado que superó en Occidente.
La expansión territorial del califato abasí árabe en ese tiempo, le permitió a los eruditos musulmanes tener acceso a mucho conocimiento. Incluido el conocimiento de las antiguas civilizaciones grecorromanas, indias, bizantinas, persas y egipcias. A su vez, se hicieron accesibles a los eruditos occidentales a finales de la Edad Media y principios del Período Moderno.
La vida temprana de Avicena
Avicena nació en el año 980 dC, en la aldea Afshana cerca de lo que hoy día es Bukhara en Uzbekistán. Su madre Setareh pertenecía a la misma aldea, mientras que su padre Abdullah fue alto funcionario de la dinastía Samanid y era de la antigua ciudad de Balkh, en Afganistán. El verdadero nombre de Avicena es Abu Ali al-Husayn Ibn Abd Allan Ibn Sina, pero se le conoce mejor por su nombre latinizado. En el mundo musulmán, se le conoce como Ibn Sina.
Avicena estudió en Bukhara y a los 16 años ya se había formado como un médico respetado. Pero no solo estudió medicina, sino que también dedico mucho tiempo a estudiar física, metafísica y ciencias naturales.
En el año 997, Avicena fue contratado como médico por Nun ibn Mansur, gobernante de Bujara quien le dio acceso a su biblioteca real, considerada de las mejores del mundo medieval. Durante los siguientes meses, el joven médico leyó todo lo que podía leer hasta que aprendió a escribir él mismo. Sus obras más antiguas datan de 1001, cuando apenas tenía 21 años.
Luego de la muerte de su padre y la agitación política en 1002, obligaron al médico a abandonar la ciudad de Bukhara. Fue a Urganj (hoy día Konye-Urgench) en Uzbekistán, pero en poco tiempo se mudó a Gorgan (Irán), donde empezó a trabajar en el Canon de la Medicina, su trabajo más famoso. Sin embargo, tampoco duró mucho tiempo ahí y se mudó a Rai, cerca de donde hoy es Teherán. 10 años después se mudó a Hamadan donde finalmente se establecería como un gran médico y filósofo, y también elaboró sus mejores obras.
Vida posterior y muerte
Luego de la muerte del emir de Hamadan, Avicena le escribió al gobernante de Isfahan ofreciéndole sus servicios. Cuando el nuevo emir se enteró de la carta, lo había encarcelado. Cuando finalmente lo liberaron, decidió huir. Para esto, su hermano, dos esclavos, un estudiante y él abandonaron la ciudad disfrazados de ascetas sufíes y llegaron a Isfahan en 1025.
En Isfahan, el gobernante lo acogió muy bien. Durante sus últimos 12 años de vida tuvo paz sirviendo al gobernante de la ciudad como médico y consejero. Pero también trabajo en varias ramas del conocimiento. Murió de cólicos severos a los 58 años, en el año 1037.
Obras de Avicena
Se cree que Avicena creó más de 400 trabajos sobre varios temas, pero solo 250 han logrado sobrevivir. Entre esas obras, 100 tratan de cuestiones filosóficas y 40 de medicina. Algunas de las más conocidas son EL canon de la medicina, el Libro de salvación, Sabiduría Divina, Libro de la virtud y el pecado, Libro de curación, Filosofía para el Prosodista y el Libro de Sumas y Sustancias.