La sensibilidad al gluten no se considera un componente alérgico, sino que es la respuesta que origina el malestar al gluten.

Si tienes esta sensibilidad, tu organismo va a ejercer una respuesta autoinmune al gluten, o incluso a las sustancias que conforman el trigo, llegando a ocasionar síntomas, aunque poco definidos. Sin embargo, es necesario aclarar que no es una alergia al trigo ni una celiaquía, por lo que su diagnóstico se realiza por descarte, puesto que actualmente no hay ningún marcador biológico capaz de decirte si tienes intolerancia o no.

La reacción inmunitaria/sensibilidad al gluten o trigo se puede padecer repentinamente y no importa la edad que tengas.

Aunque la sensibilidad al trigo/gluten puede ser temporal puesto que los síntomas mejoran dejando de lado el gluten.

Síntomas que se pueden padecer al tener sensibilidad al gluten.

Estos síntomas son muy amplios, y se pueden padecer de distintas maneras:

  1. Dolor abdominal que puede ir unido a una sensación de quemazón donde comienza el estómago. 

  2. Pueden llegar a experimentarse náuseas y vómitos, un mayor hinchazón de lo normal, también puede ir acompañado de saciedad, estreñimiento y diarrea.

  3. Cansancio.

  4. Tener la sensación de que llega poco riego sanguíneo a  los brazos y las piernas, por lo que se adormecen. 

  5. Experimentar calambres en los músculos y molestias en las articulaciones del cuerpo.

  6. Sufrir dolor de cabeza, tener malestar. 

  7. Ausencia de una actitud proactiva.

  8. Dermatitis atópica acompaña de picor, 

  9. Enrojecimiento de la lengua o incluso algún episodio de inflamación.

La gran parte de estos síntomas nombrados anteriormente se corresponde con otras enfermedades o trastornos, por este motivo la sensibilidad al gluten puede manifestarse sin que nosotros nos demos cuenta, y como consecuencia no se establece un tratamiento.

Diagnóstico que podemos encontrar para hacer frente la sensibilidad al gluten/trigo:

Como hemos mencionado anteriormente diagnosticar esta sensibilidad no es tarea fácil, por lo que la fase de diagnóstico empieza por excluir la celiaquía o alergia al gluten. Aunque en este caso es necesario mostrar que se tiene malestar digestivo al ingerir alimentos con gluten. 

Debido a que no existe un biomarcador que diagnostique esta sensibilidad, y a la ausencia de síntomas característicos, el diagnóstico se lleva a cabo a través de un proceso de exclusión.

Es primordial desechar la opción de que se trate de una celiaquía o alergia al gluten. Acto seguido, se confirma que una dieta sin gluten disminuye considerablemente los síntomas, mientras que volver a comer gluten supone una recaída.  De esta forma se asegura la hipersensibilidad al gluten. 

¿Cómo tratar la sensibilidad al gluten? 

Tratar esta sensibilidad se consigue a través de la eliminación del gluten de la dieta.

Esta dieta sin gluten no es necesario seguirla a rajatabla en comparación con la celiaquía, es recomendable seguirla durante 1 o 2 años, por lo que no hace falta eliminar estos alimentos para siempre. 

Se pueden incluir en la dieta cantidades pequeñas de gluten de forma progresiva para probar. Hay muchas variaciones de tolerancia al gluten, y que dependerán de cada persona. Por lo que es importante realizar esta comprobación.