Góngora es otro de los escritores más famosos del mundo. Sus pensamientos iban más allá de la buena imaginación, sus letras dejaron grandes legados sin importar cuan diferente seas. Escribió tantas y tantas cosas, que sus ejemplos alocados en algunos casos encajaban con cientos de personas por todo el mundo. Conoce en la sección de hoy las 15 frases célebres de Góngora. Así que no te retires sin antes conocerlas e identifícate con alguna de ellas.
Conoce las 15 frases célebres de Góngora
Estas son algunas de las más importantes:
- Que sea médico más grave quien más aforismos sabe, bien puede ser; más que no sea más experto el que más hubiere muerto, no puede ser.
- ¡Qué impertinente clausura y qué propiamente error, fabricar de ajenos yerros las rejas de su prisión!
- Esto de enmendar costumbres es peligroso y violento.
- Que junte un rico avariento los doblones ciento a ciento bien puede ser; mas que el sucesor gentil no los gaste mil a mil, no puede ser.
- Hasta la sabiduría vende la Universidad.
- Manda amor en su fatiga que se sienta y no se diga; pero a mí más me contenta que se diga y no se sienta.
- Desnudo el joven, cuanto ya el vestido océano ha bebido restituir le hace a las arenas.
- Dame ya, sagrado mar, a mis demandas respuesta, que bien puedes, si es verdad que las aguas tienen lenguas.
- Llorando la ausencia del galán traidor la halla la luna y la deja el sol, añadiendo siempre pasión a pasión, memoria a memoria, dolor a dolor.
- Tan ligero el corzo es, que no da menos enojos el seguillo con los ojos que alcanzallo con los pies; y así por mi cuenta hallo que, si consientes decillo, hizo más que tú en herillo, la saeta en alcanzallo. Mas quede el brazo contento, camila, pues que de hoy más, aunque imposible, podrás decir que has herido al viento.
- Serénense tus ojos, y más perlas no des, porque al sol le está mal lo que a la aurora bien.
- Ya no canto, madre, y si canto yo, muy tristes endechas mis canciones son; porque el que se fue, con lo que llevó, se dejó el silencio, y llevó la voz.
- Celosa estás, la niña, celosa estás de aquel dichoso, pues lo buscas, ciego, pues no te ve.
- Vivid felices -dijo- largo curso de edad nunca prolijo; y si prolijo, en nudos amorosos siempre vivid, esposos.
- A trueco de verlos idos, como soy la que interesa, sé decir que no me pesa que vayan favorecidos.
- Muda la admiración, habla callando, y, ciega, un río sigue, que -luciente de aquellos montes hijo- con torcido discurso, aunque prolijo tiraniza los campos útilmente.