Francisco de Quevedo y Villegas nació en Madrid en 1.850, estudió en Alcalá y en Valladolid y estuvo en Italia con el duque de osuna. A la caída de este, se le desterró a la torre de Juan Abad. Recobrada la confianza de la corte, circunstancias no del todo esclarecidas determinaron su prisión en calabozo (convento de San Marcos de León) por espacio de cuatro años. Quevedo es uno de los máximos exponentes del siglo de oro español. Creador del conceptismo, movimiento situado en las antípodas del culteranismo, consideraba que la literatura había de encontrar el lenguaje más conciso posible. Aparte de la ya citada novela de El Buscón, como prosista escribió tratados de tipo político (política de Dios), tratados filosóficos y morales, textos de críticas literarias (contra el gongorismo y contra el dramaturgo Pérez de Montalbán), la vida de Marco Bruto y la obra satírica( en forma alegórica y simbólica) Los sueños(1627).
Su poesía no se publicó hasta 1648 y 1670 (las tres musas últimas castellanas) y en ella se incluyen poemas satírico – políticos (Epístola satírica y censoria, dirigida al duque de Olivares, Memorial a Felipe IV. Muchos de sus sonetos constituyen verdaderas obras maestras, como de entre mis manos te resbalas, cerrar podrá mis ojos o Mire los muros de la patria mía, por su estilo y capacidad es uno de los escritores más originales de la Literatura Española. Murió en Villanueva de los Infantes en 1645.
Frases célebres de Francisco de Quevedo
- La guerra es de por vida en los hombres, porque es guerra la vida, y vivir y militar es una misma cosa.
- Por nuestra codicia lo mucho es poco; por nuestra necesidad lo poco es mucho.
- Matan los médicos y viven de matar, y la queja cae sobre la dolencia.
- La posesión de la salud es como la de la hacienda, que se goza gastandola, y si no se gasta, no se goza.
- Es la vida un dolor en que se empieza el de la muerte, que dura mientras dura ella.
- Todos deseamos llegar a viejos; y todos negamos que hemos llegado.
- Lo que en la juventud se aprende, toda la vida dura.
- Poderoso caballero es Don Dinero.
- Virtud envidiada es dos veces virtud.
- Menos mal hacen los delincuentes que un mal juez.
- Lo mucho se vuelve poco con sólo desear otro poco más.
- Apocarse es virtud, poder y humildad; dejarse apocar es vileza y delito.
- Siempre se ha de conservar el temor, más jamás se debe mostrar.
- Hay libros cortos que, para entenderlos como se merecen, se necesita una vida muy larga.
- Vive sólo para ti si pudieres, pues sólo para ti si mueres, mueres.