Las profundidades del océano son uno de los territorios más inaccesibles e inexplorados del planeta. Pero echar un pequeño vistazo, te permite tener una idea sobre la diversidad marina. Y las criaturas de aspecto más temible viven en las aguas oscuras de las profundidades del mar. Un ejemplo de ellas es el pez dragón abisal, quien no parece necesitar de ojos ni ver en color.

Pero a pesar de no necesitar vista, algunos de estos peces han evolucionado de la sensibilidad a la luz azul a la sensibilidad de luz roja. Luego vuelen a ser sensibles a la luz azul.

El pez dragón abisal

El entorno en el que viven no es uno que fomente este tipo de evolución. Por lo que es probable que la bioluminiscencia producida por el mismo pez dragón abisal o la de otras criaturas sea la responsable.

Estos peces cuentan con mandíbulas y dientes demasiado grandes para tener un cuerpo tan pequeño. Habitan entre 200 a 2000 metros debajo de la superficie del océano. Cerca del 95% de los animales de las profundidades pueden ver luz azul e incluso producirla por medio de la bioluminiscencia.

Los animales de aguas profundas, especialmente el pez dragón abisal brillan para así atraer a sus presas. Son capaces de comunicarse con otros de esta forma o incluso camuflarse contra la luz de la superficie.

Pero a pesar de que la luz azul sea el tono de luz por defecto de las profundidades marinas. Existen 9 especies de pez dragón abisal capaces de ver y producir bioluminiscencia en rojo.

pez dragón abisal

Pez dragón abisal

La luz roja y azul

La luz roja en los peces dragón evolucionó una sola vez hace 15.4 millones de años. Las especies que se ven de este color pueden producir una luz roja lejana y que cae en el espectro visible de los humanos. Para emitir esta luz, estas especies utilizan unos órganos conocidos como fotóforos que se encuentran en la parte frontal del ojo.

La luz roja no es un muy buen cebo, ya que la mayoría de las presas no pueden ver ese espectro de luz. Pero les permite a los peces dragón iluminar de forma sigilosa a sus presas. Una de las especies que se ven de color rojo, aún tiene un fotóforo de color verde azulado que usa de cebo para atraer a su presa antes de atacarla.

Hace 4 millones de años, algunos de los peces se volvieron sensibles a la luz azul. De hecho, se realizaron análisis y dos grupos de peces dragón que veían en luz azul tenían ancestros que utilizaban luz roja.

Producen su propia luz

La bioluminiscencia es promovida por el cambio de visión. Estas criaturas optaron por la enzima coelenterazina. Esta enzima es utilizada por los vertebrados para poder neutralizar los radicales libres. Pero también es capaz de emitir partículas de luz o fotones.

Luego de filtrarse por el fotóforo la enzima emite una luz azul. Además, esta luz puede viajar más lejos en las profundidades del océano. Por lo que tiene sentido que los peces de las profundidades evolucionen para ver en este tono.