El funcionamiento de los órganos del ser humano, genera incógnitas. Es por ello, que debemos conocerlo y aprender de él ya que sera garantía de que podamos mantener una vida estable y duradera. Nuestro cuerpo es una maquina similar a un vehículo con un motor, impulsada a través de energía. Por lo que, como seres vivos somos capaces de generar una respuesta ante cualquier estímulo. Así por ejemplo, si nos pinchamos un dedo obviamente nos dolerá. Pero, ¿realmente el cerebro puede sentir dolor? Sigue leyendo, y entérate si es posible.
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El cerebro humano como un sensor
Nuestro cerebro, es capaz de procesar distintos agentes tales como el frío, calor, hambre o sed. Para hacerlo, usa la médula espinal quien a través de impulsos nerviosos que viajan a la velocidad de la luz procesa todos estos estados. De esta forma, nos alertan sobre lo que debemos sentir y aquello que posiblemente nos pueda hacer daño.
La verdad es, que el cerebro humano es como un sensor. Nos proporciona toda la información de lo que sucede con nuestro cuerpo. Además, supervisa a cada momento todos los órganos como el corazón, riñones, pulmones entre otros, con la finalidad de monitorizar que funcionen adecuadamente y nos mantengan saludables.
¿Realmente el cerebro puede sentir dolor?
El ejemplo más claro de que nuestro cerebro no siente dolor, es cuando nos dan un golpe o sufrimos alguna fractura. En ese momento, él solo nos indica que una parte de nuestro cuerpo está deteriorada y algo no anda bien. El dolor, es el síntoma de que algo no funciona y que no nos beneficia estar en esa condición. Es por eso que decimos que el cerebro no siente dolor, pero sí lo identifica. Sin embargo, podrás preguntarte qué sucede cuando tenemos dolores de cabeza. En ese caso, se produce inflamación de venas o arterias, mas no del cerebro como tal.
La experiencia del dolor para todos nosotros, comienza cuando los estímulos desagradables activan las fibras nerviosas sensoriales llamadas nociceptores. Estas fibras especializadas que se encuentran en la piel, los músculos, las articulaciones y algunos órganos, transmiten señales de dolor desde la periferia al cerebro. Allí es donde, finalmente, se percibe el mensaje de dolor.
Los sensores de nuestro cerebro, se activan debido a la ausencia de neuronas o de oxígeno. Él no siente dolor. Sin embargo, es capaz de indicar a través del dolor, que existe algo que le molesta e impide su correcto funcionamiento. En resumidas cuentas, el cerebro no puede sentir dolor por sí solo. Este es capaz mediante receptores en todo nuestro cuerpo de explicar dicho evento.
Efectos del dolor en los estados de ánimo
Además de alertarnos sobre el dolor físico nuestro cerebro es capaz de cambiar nuestros estados de ánimo. La fiebre, o un simple dolor de cabeza hacen que nuestra motivación disminuya considerablemente. Las millones de neuronas que se alojan en nuestro cerebro, detectan cuando tenemos un sentimiento. Nuestro cuerpo aumenta el consumo de oxígeno, así como de adrenalina. De inmediato, el cerebro activa el dolor como tristeza, dejando en claro que él puede percibir eventos ajenos a nuestro cuerpo.