En ocasiones en que nos sentimos perturbados por las adversidades de la vida nos hemos encontrado con personas que contemplan que lo que ocurre a tu alrededor. Puede deberse a fuerzas superiores y males atraídos por personas con malas intenciones sobre nuestro destino, planteando dicha posibilidad te dicen que debes implementar sistemas de protección espiritual como amuletos y en mi caso, tuve la fortuna de conocer a una persona que ató a mi muñeca un hilo de color rojo.

Pero si como yo te preguntas ¿cual es el significado de atar un trozo de hilo a tu mano sin aparente significado? Es importante que conozcas el origen de esta tradición protectora, la cual a mi buen ver, funcionó a la perfección.

Este amuleto de protector y energético, proviene de la religión llamada Kabbalah, esa que hizo tan famosa la cantante británica Madona al declararse devota de sus prácticas; utilizada para la buena fortuna y repelente de malas energías, más conocidas como mal de ojo o envidia.

Ese deseo de mala fortuna que aparece en personas a tu alrededor y que puede ser una real desdicha.

La Kabbalah enseña que todas los aspectos de nuestra vida (salud, relaciones interpersonales, laborales), tienen un origen común.

Esta corriente de conocimiento busca explicar el origen de la vida y el funcionamiento del universo, así como la forma de atraer la buena fortuna y erradicar las malas energías que se cruzan en nuestro camino.

Según esta antigua tradición que data del siglo XII, indica que el modo correcto de implementar esta defensa es atando un trozo de lana teñido de rojo en tu muñeca izquierda. Si, teñido de rojo, puesto que dicha transición significa la conversión de juicio en piedad y la oscuridad en luz, materializando entonces la transformación a una protección.

¿Es entonces necesario andar con un hilo rojo en tu vida para evitar malos rollos todos los días? La pregunta real es si un objeto simboliza la transformación interna que debemos realizar en nuestras vidas para alejar los malos sentimientos desde adentro y hacia los demás, generando entonces que nuestras ideas correspondan a nuestra realidad y que nuestros impulsos negativos sean eliminados de nuestro ser.