Existe una creencia extendida mundialmente, que afirma que los toros van contra el color rojo. En las corridas de toro, el torero utiliza un capote o capa de color rojo para provocar al animal. El objetivo de la tauromaquia, es que el toro embista repetidas veces la capa al tiempo que es esquivado por el torero. Que finalmente, le da muerte con ciertas herramientas propias de esta actividad. La pregunta obligada es, ¿por qué los toros van al color rojo? A continuación, presentaremos el peculiar comportamiento de este magnífico animal.
La visión de los toros
Los toros como muchos animales, tienen una visión dicrómica. Es decir, descomponen el espectro luminoso en dos componentes fundamentales. Lo que le permite diferenciar los colores, hasta cierto límite. Por lo tanto, se descarta el hecho de que estos bóvidos perciban las cosas en blanco y negro. Sin embargo, tampoco tienen la capacidad de discriminación cromática de los humanos cuya visión es tricromática. Por lo que, los bóvidos pueden percibir similarmente dos colores completamente diferentes.
De esto, se deduce que los toros ven un color que no es precisamente el mismo rojo que percibimos los seres humanos. En conclusión, estos robustos animales, no embisten contra el color rojo puesto que no tienen la capacidad visual para discriminar ciertas tonalidades cromáticas.
Por qué los toros van al color rojo
Si el toro no embiste contra el color rojo, cabe la pregunta de ¿por qué entonces arremete contra el torero? Aunque el matador se presentara con un capote verde, despertaría igual la rudeza del animal. Puesto que, este comportamiento está relacionado con el instinto y las condiciones genéticas de los toros de lidia. Quienes son seleccionados, según su fuerza y agresividad.
La razón por la que estos bóvidos embisten contra el capote es, principalmente, porque éste atrae su atención al ser agitado por el torero. Esto, es interpretado como una amenaza. Los toros no son capaces de captar los movimientos lentos o leves, sino aquellos más rápidos y bruscos, asociándolos con el peligro.
Si se está lo suficientemente retirado de estos animales, probablemente no perciban la sutileza o brusquedad de movimiento. Ya que, son miopes. Pero, al encontrarse más cerca, el toro no se detiene a identificar la forma o la intensidad del movimiento. Simplemente, por sus cualidades defensivas, responden a la amenaza embistiendo.
El toro contra el capote
La razón por la cual el toro va contra el capote y no contra el torero que agita el objeto provocador, es que su cerebro no es capaz de procesar esta compleja información. Ni diferenciar uno del otro, por lo que embiste contra aquello que se mueve bruscamente. Hay ocasiones en las que el toro alcanza al torero, y esto ocurre porque la distancia entre éste y el animal no es lo suficientemente larga. O porque su movimiento, le hace identificarle como un elemento amenazador.
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