Los mejores escritores de divulgación científica

Los científicos no siempre son buenos escritores, y los escritores no siempre son buenos científicos. Parece mentira, pero dicha combinación no pega con ningún tipo de conocimiento conocido, ni por descubrir. Cuando un científico escribe se vuelve muy controversial. Haciendo énfasis solo en lo que este sabe, cuando un escritor se convierte en científico, las letras no le alcanzan para nada.El mundo de la ciencia y de escritura se abre para algunas personas. No obstante, existen excelentes científicos con bondades para escribir. Los cuales han quedado para la historia y ejemplo futuro. En el día de hoy te hablaremos cuáles son los mejores escritores de divulgación científica.

Mejores escritores de divulgación lo científica

Carl Sagan

Este científico es uno de los seres humanos que más cualidades posee como buen ser humano. En su haber posee más de 600 artículos de distintas temáticas. Así como libros de divulgación científica, en base a sus y otros conceptos. Su serie más famosa, es el juego de libros llamado el Cosmos. En el cual se nombran los descubrimientos más asombrosos en torno al planeta tierra.

Stephen Hawking

Este genio ya fallecido, dejo muy en claro sus ideales. A pesar de tener múltiples controversias, es sin lugar a duda el mejor de esta lista. Es el único científico que se atrevió a luchar y ganarle a la iglesia el concepto de la creación. Una breve historia del tiempo es una de sus obras más importantes en el mundo de la escritura.

Richard Feynman

Ganador del premio Nobel de física en el año 1965, aporto distintas ideas importantes sobre la física cuántica. Se hizo aún más famoso luego de la publicación de su libro The Feynman Lectures on Physics.

Edward o. Wilson

Conocido Biólogo Americano que gano el premio Pulitzer en el año de 1991. Su libro sobre la naturaleza humana asombro a mucho. Siendo uno de los científicos escritores con una combinación asombrosa de conocimientos en ambos aspectos. El, en este escrito considera que la inteligencia humana se debe más a efectos del entorno, que de genética.

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