La sandía, una de las frutas más representativas del verano, nos aporta mucha hidratación, pero también la cáscara de sandía tiene muchos beneficios. Desafortunadamente la mayoría de nosotros la tiramos a la basura. ¡Entérate de por qué deberías conservarla!
La sandía cuenta con la importante presencia de vitaminas como la A y la C, y minerales como potasio, hierro o fósforo. Además, es baja en calorías y alto contenido en agua, lo que la hace ideal para dietas de adelgazamiento y muy popular entre las operaciones bikini.
Beneficios de la cáscara de sandía
La parte más blanquecina de la sandía, esa entre la parte roja y la cáscara verde, contiene muchas propiedades similiares a la sandía. La corteza de la sandía se puede comer y tiene en su composición gran cantidad de citrulina, muy beneficiosa para el corazón y el riego sanguíneo.
Ayudar a perder peso: cáscaras de sandía son ricos en fibra y ayudar a comer menos. Además, es un buen diurético.
Recuperación muscular tras el ejercicio: debido al aminoácido L-citrulina, nos previene de las tradicionales agujetas sino que además nos ayudará a recuperar la frecuencia cardíaca.
Aumenta la libido: La citrulina aumenta su libido y es un remedio eficaz para la disfunción sexual ligero.
Antiinflamatorio natural: su contenido rico en flavonoides, licopeno, betacaroteno y triterpenoides.
Previene el cáncer: El licopeno y cucurbitacina E son conocidos por su potencial para prevenir algunos cáncer como el cáncer de la esófago, estómago, páncreas, colon y cuello uterino.
Cómo usar la cáscara de sandía
Primero, debes cortarla en pequeños pedazos y añadirla en ensaladas diferentes. También, la cáscara de sandía se puede utilizar como ingrediente en sopas o se pueden preparar frituras.
Creo que después de leer esto no la volverás a tirar a la basura.