La época victoriana fue aquella que se vivió bajo el mando de la reina Victoria I en el Reino Unido. La misma estuvo marcada por el final de la Revolución Industrial y el imperio británico.
Durante este tiempo, las mujeres eran capaces de realizarse dolorosas técnicas de vestido, maquillaje, peluquería y hasta rejuvenecimiento facial sin importarles que pueda estar en riesgo su vida.
El artículo de hoy servirá para explicar los procedimientos que empleaban las mujeres en la peligrosa época victoriana.
Índice
Maquillaje especial de la época victoriana
Para las mujeres, el maquillaje siempre ha sido una pieza clave a la hora de arreglarse.
En esta época de la historia, las féminas de piel blanca eran quienes podían realizarla, para ello debían contar con una edad de madurez (30 años en adelante).
Este tipo de maquillaje busca esconder el color natural que tiene la piel con el fin de darle un toque más atractivo.
Luego de colocarla completamente blanca, se le da forma con un poco de rubor en las mejillas.
Los delineados y demás retoques solían hacerse con mercurio o tiza, sustancias extremadamente perjudiciales para su salud.
De esta manera, tanto actrices como mujeres en general, lograban verse como muñecas de porcelana.
Cabe destacar que también solían aplicarse baños de azufre, que al ser inhalados se corría el riesgo de morir a causa de un envenenamiento.
Grandes melenas
En la época victoriana era muy común ver a las féminas con abundantes melenas, las cuales podían ser pelucas o su cabello natural.
Cuando se trataba de este último, las mujeres debían quemar sus cabelleras rubias para obtener el rizado propio de la época.
Del mismo modo era necesario aplicarse grasa de oso pardo, razón que provocó la extinción de esos animales debido a la gran demanda del producto. Esta les ayudaba a controlar la caída del cabello que diariamente era maltratado.
Baños eléctricos para eliminar las arrugas
Otra técnica que utilizaban las mujeres de esta época era la aplicación de baños eléctricos en la cara para eliminar las arrugas que se evidenciaban cuando llegaban a una edad madura.
El procedimiento consistía en preparar una bañera con agua y sal; una vez dentro de ella, era necesario aplicar leves descargas eléctricas en forma sucesiva con el propósito de tensar la piel, evitando así la aparición de estas y otras imperfecciones.
Cada una de estas actividades se realizaban con el propósito de convertirse en la mujer perfecta y encajar en una sociedad donde reinaban los prejuicios.